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lunes, 19 de abril de 2010


La magia, El arte de convertirse en ella o solo ser un misterio...

“ La magia es perenne, acompaña al hombre como si fuera su sombra. Sin embargo, la magia no se comportó ni asumió las mismas funciones en todas las épocas; se transforma, muta como una entidad biológica que busca adaptarse a su medio ambiente”. (José Luis Trueba 2002) Dar respuesta o aceptar la hipótesis que antes presento se basa en mi idea de que el mundo esta rodeado de grandes bellezas y sensaciones que nos permite convertir lo que captamos en arte a nuestra manera, la magia está presente y mucho depende de cada individuo y cómo logra captar la esencia que nuestro camino nos ofrece. Las prácticas del mundo antiguo y moderno podrían girar en torno a la magia que genera un gran poder lleno de misterios, el hombre se ha cuestionado durante toda su existencia este concepto estético que en realidad ha llegado a ser complejísimo, y en relación con otras concepciones la magia es solo una noción de existencia que intenta teorizar acerca de los orígenes del arte. Después de elaborar algunas reflexiones sobre este concepto podemos asumir que incluye de manera creciente la fractura de fronteras de la estética con la cultura de la vida cotidiana.
“La filosofía natural es un concepto muy viejo, una concepción de la magia y los fenómenos de la naturaleza que explican el por qué de las cosas de manera totalmente transversal” (Lizbeth Ladrón de Guevara 2009) Una unión de dos conceptos que complementan uno al otro ideas que mejoran el tratado de cada uno de ellos. Puede sonar un poco contradictorio decir que la magia es equivalente a la filosofía natural o funciona como concepto símil a esta idea, sin embargo para la magia el reconocimiento de la existencia de fuerzas y representaciones divinas permean en el pensamiento individual de cada individuo, no depende de una decisión sino una idea que, en su conjunto está íntimamente relacionada con los sucesos que giran a nuestro alrededor. Para comprender todas estos conceptos algunos de los ejemplos que giran en torno a toda esta idea filosófica no se instalan en la teoría empírica de la creación del universo, sino a distintas ideas religiosas y filosóficas del orden y guía que tiene el cosmos y los poderes que tiene el hombre sobre este. Partiendo desde esta conclusión la similitud de los conceptos de magia y filosofía natural radican en el punto máximo de la contemplación de los secretos del universo y la naturaleza, de todas las conclusiones filosóficas, cabalísticas, teológicas y también de la guía que es importante mencionar, “la cábala”, que nos conduce hacia un mundo lleno de secretos y representaciones místicas, que muchas veces traducen las sensaciones que logra captar el hombre cuando se ve influenciado por el elemento esencial de su existencia “su espíritu”. Para poder aterrizar estos dos conceptos es importante decir que lo que queremos con esta comparación es entender como magia y arte la unión de ambas esencias como respuesta a las manifestaciones que tienen una a otra en su individualidad y afinidad al mismo tiempo, entendemos la magia desde este punto no como la perspectiva ilusionista de sus representantes sino como un conjunto de fuerzas que transitan en el universo.
La idea filosófica de que el hombre entero es su espíritu, está ligada con el concepto de Arte en su máximo esplendor, el hombre alcanza la sublimación del alma cuando se deja guiar por su fuerza interna y convive con los seres a su alrededor cuando deja que la fuerza común encuentre simpatía entre este y los demás componentes. En plena sintonía ambas ideas se casan, no es necesario decir que todas aquellas representaciones mágicas de nuestro mundo nos crean una gran fascinación, llega a tal punto que a nuestra manera intentamos comprenderlas y darle un nuevo significado a partir de nuestros sentimientos.
A lo largo del tiempo hemos leído muchas teorías acerca de los eventos que ocurren en nuestra vida como líneas inalcanzables que rigen nuestra subsistencia sin saber el por qué de cada evento, sin embargo hace muchos años me instalé en una teoría sobre los conceptos de la filosofía natural o como muchas veces hemos escuchado la “magia”, el principio de que todos los acontecimientos que vivimos y vemos a lo largo de nuestra vida están fundamentados en la energía que transita por el universo y que al final nos une en simpatía universal. Existen teorías que sustentan todas estas ideas y que con el estudio detallado de ellas puedo llegar a la conclusión de que muchas son solo un hilo que conduce al mismo precepto.
“…el hombre con su alma, puede así dominar los secretos del mundo por medio de una magia naturalista, por una magia celeste o por una religiosa o ceremonial”. (Teofrasto Paracelso 1493-1541).Este concepto puede tener muchas interpretaciones, el hombre se une a la idea que más convenga con sus ideales y forma de vida, sin embargo puedo asegurar que siempre hay magia presente sea como se conciba el concepto o se vivan sus manifestaciones. La magia se convierte en arte en el mundo de los que creen que existe conexión en todos los aspectos de la vida, cuando el ser humano no puede entender y como los niños piensa que los eventos son producto de la magia interna, qué sería del mundo sin magia y fantasía, dos ingredientes que juegan un papel crucial en la elaboración de nuestras formas de conducta, en cambio la realidad es solo una condición más que especula los sucesos y resultados de un mundo que se encuentra en plena evolución y no acepta provocaciones de los elementos externos a ella.
Hace ya mucho tiempo que olvidamos como si se tratara de un viejo arte, que ya hemos superado gracias a las falsedades de la modernidad, el uso de las facultades humanas; la parte sensible del alma que halló en algún lugar la fantasía. La condición humana es una condición de ruptura y unión entre una y otra realidad, y sin olvidar el pulso esencial de su existencia que se engendra por el calor del corazón, el ser humano aun permite sorprenderse por los modelos que le ofrece este universo, el arte se manifiesta y es causa a la vez de que otros puedan entenderse, la más perfecta expresión de deseos y anhelos se une a dos características ideológicas que nacen casi al mismo tiempo, la magia y el arte se unen y transforman en un nuevo elemento y sin poder entender de nuevo surge la inspiración de los seres que transitan por nuestro entorno y aun tienen efecto sobre nosotros, la magia posee un gran poder lleno de conocimiento profundo de las cosas más secretas, produce un maravilloso efecto mediante la unión de lo seres y sus diferentes virtudes, por último es en esta mezcla de magia y realidad en la que nos movemos y nos comunicamos por medio del arte, sin idioma ni lengua la forma en que nos entendemos es por medio de nuestros sentimientos. Caminamos dando pasos ligeros que absorben del medio sensaciones que modifican la dirección que elige nuestro corazón.
Otra relación significativa se da en la filosofía, al generar cuestionamiento sobre las razones de nuestra existencia esto nos da como respuesta una solución más concisa que de alguna forma sustenta las bases de la magia, por eso el arte resulta de esta unión, el hombre intenta dar respuesta al por qué de su que hacer en la tierra y la única forma de entenderlo o tal vez la más sincera es la que hace desde su centro, el espíritu deja que el mundo lo envuelva e interpretando todo aquello que le hace sentir plasma en el una historia que cuenta desde su perspectiva el motivo de su trascendencia.
¿Por qué presentar esta propuesta?, el punto de todo esto es no olvidar nunca que el alma a veces, si no es decir que siempre, necesita saber y captar que el mundo aún tiene eventos mágicos que ofrecernos y cuando logramos captarlos decimos que se ha convertido en arte, y de esta forma podemos comunicarnos y sensibilizar a otros seres.
Bibliografía:
Aristóteles, Acerca del Alma, Traducción de Tomás Calvo, Gredos Madrid, 1988
TRUEBA José (2002) “Una mirada a la magia, los magos sus prácticas y su mundo, Alamah Clásicos, México 2003.
SAISÓ Priani Ernesto, De espíritus y fantasmas; ensayos sobre magia y teoría de la sensibilidad en el renacimiento”, Edere, México 2003.
CASSIER Ernest, El individuo y le Cosmos, Buenos Aires 1951.


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